Huevos de ‘oro’ en cochecitos indigentes
Los huevos de codorniz paseados por carritos insalubres, poseen un alto contenido de vitaminas y minerales para prever enfermedades
La señora Juana Chambo Flores no tiene el oro en los huevos, pero sí en uno de sus dientes superiores que exhibe cuando sonríe a sus comensales. Doña Juana los vende en la avenida Colmena, trabaja de lunes a viernes y los fines de semana se dedica a sus hijas.

Su “chamba” es vender huevos de codorniz y con las ganancias, asegura, ayuda a educar a sus tres hijas.
Juana Chambo tiene 29 años y se convirtió en comerciante informal desde hace siete, cuando comenzó a trasladar el coche con los huevos de esta ave por el Centro de Lima.
Todas las mañanas sale desde su vivienda en el Rímac y así como carga sobre su espalda a su niña, carga también las esperanzas de tener una jornada productiva.
La señora Chambo explica que los días sábados y domingos se dedica exclusivamente a atender a sus hijas con las tareas.
Por día, vende casi 120 porciones de huevos de codorniz, cada una a un sol. La señora Chambo pasea atenta la mirada de los limeños para atraerlos con su producto, y también de los fiscalizadores de la municipalidad que, en ocasiones, le obligan a retirarse. “Mi hija mayor de 7 años ha visto como nos botan y ella ya no quiere que trabaje”, comenta Juana mientras su niña de 5, le insiste a seguir trabajando porque “no hay plata” , cuenta.
PRODUCTO SALUDABLE
Según reveló la nutricionista Nefi Mendoza, de Solidaridad Salud, estos huevos por naturaleza poseen un alto contenido de vitaminas y minerales. Tres veces mayores al huevo de gallina.
El huevo de codorniz reduce migrañas y fortalece la salud ocular.