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COLECTIVOS INFORMALES TOMAN LA CIUDAD

La impuntualidad es el talón de Aquiles dentro de la sociedad peruana, esto se relaciona con la mala gestión, planificación vial de las desordenadas y calles limeñas.

En Ate operan, a vista y paciencia de la Policía de Tránsito, uno de los más concurridos paraderos informales de minivans que tienen como destino Lima, Ovalo Santa Anita y otros distritos del cono sur de la capital.

La desesperación de una persona al verse con la idea de llegar tarde otra vez al trabajo es aprovechada por estos jaladores que gritan a todo pulmón usando camisas un tanto limpias para disimular la informalidad de su labor.


Las tarifas son de 5 soles de Huaycán a Lima o 3 soles de Huaycán al Óvalo Santa Anita, un precio elevado al doble de la tarifa regular. Mientras se llena la minivan puedes pedir a unos de los colaboradores que te de información del paradero que es más conveniente para tu destino.

Estos hombres están desplegados por todas las rutas que circulan sus unidades y cuentan con un registro virtual de salida y llegada a sus cocheras.


Un viaje rápido te ofrecen estas unidades pues se dirigen por la avenida Prialé para acortar el tiempo de viaje.

Según la Asociación Cruzada Vial, el servicio de colectivo está prohibido en la capital. Sin embargo, medio millón de limeños lo utilizan para transportarse diariamente a sus centros de trabajo y hogares.


Pese a la presencia de policías e inspectores de tránsito, estos choferes que cubren la ruta Huaycán – Lima recogen pasajeros en el paradero que es de uso exclusivo de transporte público.


Muchos pasajeros alzan su voz de protesta para apoyar a los colectivos informales argumentando que el transporte en la capital es un caos. Eso se evidencia en la cantidad de colectivos que circulan en la capital sin control ni sanciones.


La gerencia de transporte urbano del Municipio de Lima realiza operativos de fiscalización con el fin de sacar de circulación los vehículos informales que transitan por la zona de Santa Clara y Huaycán en Ate.


La intervención a los vehículos obliga a los pasajeros a mentir con respecto a sus identidades, alegando que son familiares del chofer con tal de que no los hagan bajar e incluso llegan a tildar de injustos a los policías y así poder seguir la ruta de la informalidad.


Para María Jara, ex presidenta de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), considera que dar carta libre a los colectivos empeoraría la congestión al convertirse en una “competencia desleal” para los buses formales.


En el cruce de las avenidas José Carlos Mariátegui y 15 de Julio en Huaycán los inspectores municipales ordenan las calles desde las 7 a.m. hasta las 8 p.m.; sin embargo, hay días en los que no hay ni un inspector y este cruce se vuelve un caos, asegura Clara Jiménez, vendedora ambulante de la zona.

A esto se le suma los semáforos malogrados que vienen parpadeando desde hace más de 8 meses, peatones y vehículos circulando sin orden por las calles.


Debido al desorden en las pistas los policías de la comisaria de la zona cumplen también la función de agentes de tránsito, conviviendo con los colectivos informales y sus paraderos que ocupan la mitad de la pista.


Los conductores de colectivos informales que sean intervenidos por la Municipalidad de Lima deberán pagar una multa de 4 050 soles, equivalente a una Unidad Impositiva Tributaria (UIT). Además, sus vehículos serán llevados al depósito hasta que se realice el pago respectivo.


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