EMPÁTICOS SOMOS MÁS SIMPÁTICOS
Cantante Ismael Miranda nos cuenta sobre la importancia del valor de la empatía en su carrera como artista
La empatía es quizás una virtud que muy pocos seres humanos cultivan. “Ponerse en el lugar del otro”, le dicen. Las personas mayores, con vasta experiencia y lecciones aprendidas, suelen aplicar este valor en sus acciones cotidianas. Quizás en algún momento de sus vidas, necesitaron comprensión para enfrentar un hecho en específico. Por ello, ahora se tornan más empáticos y prestos a entender las situaciones por la que uno se ve obligado a pasar en la vida.

Don Ismael afinando la voz con el piano de cola.
Con 67 años a cuestas, don Ismael Miranda Carrero –integrante de la mítica Fania All Star y mejor amigo de Héctor Lavoe- sabe por experiencia propia la importancia del valor de la empatía en el rubro musical.
-¿En qué circunstancias usted se torna empático?
Casi siempre porque tuve una juventud muy alocada e hice de todo un poco. Por eso entiendo cuando gente joven como tú comete algún error, la falta de experiencia nos juega malas pasadas a todos.
-¿Algún ejemplo en el que haya demostrado empatía?
Te voy a contar una anécdota. En una gira que hicimos con la Fania All Stars en Inglaterra, yo me compré un traje de gala finísimo. Lo guardaba para usarlo en alguna ocasión especial. Por aquellos días compartía habitación con Héctor (Lavoe) y él no había llevado mucha ropa. Le dije que podía usar la mía, pero que no tocara ese bello traje que compré. Me fui a dar una vuelta y cuandó llegué no estaba el traje. Héctor lo había utilizado para una entrevista en televisión. Llegó al día siguiente con el traje sucio luego de una gran fiesta, estuve muy molesto con él pero yo sabía perfectamente como era mi ‘compay’. Me puse en su lugar, él iba a salir en televisión y lógicamente quería lucir espectacular. Necesitaba mi traje más que yo, aunque me lo hizo añicos (risas).
-En el caso del artista y el público, ¿Hay que ser empático también?
Definitivamente. Uno se debe al público, y por eso debes atender bien a todos y cada uno de los seguidores. Yo termino mis shows muy cansado, sin ganas ni de beber una copa. Sin embargo, aquí en el Callao la gente es muy efusiva, saliendo del hotel te abordan y todos quieren tomarse fotos, autógrafos y quieren conversar contigo. Entonces uno debe entenderlos, eres lo que eres por ellos, así que a dejar el cansancio a un lado y atenderlo con amor.
-Según su apreciación, ¿Qué otros valores pueden complementar la empatía?
El respeto, incluso está por encima de la empatía. Si tú no respetas a tu semejante nunca vas a poder comprenderlo. Y claro, el respeto empieza por respetarse uno mismo, tener una vida tranquila y hacer actividades para mantenerse sano, eso es respetarse física y espiritualmente.
-Géneros musicales modernos como el trap y el reggaetón tienen letras muy sugerentes. ¿Considera esto como una falta de respeto hacia los oyentes? Sobre todo hacia las personas mayores.
Los tiempos cambian, pero este tipo de música, en cuanto a sonido no es mala. El mensaje que dictan las letra de las canciones evidentemente no es positivo, se podría tomar como una falta de respeto hacia las damas, creo que algunas canciones si hablan sobre mujeres de la vida y esas cosas. Pero los tiempos de ahora no son los mismos, no podemos pretender que se sigan bailando plenas (música típica puertorriqueña) en todas las fiestas.
El cantante puertorriqueño esboza una sonrisa en cada pregunta. Me comenta que él también quiso ser periodista pero Dios le entregó un don que le permitió conocer más de cien países. Ahora, goza de lo que ha logrado, y es reconocido en cada lugar que visita. Para ser una persona con tanta trayectoria, luce muy sencillo y educado. Quizás la experiencia le sugiere una vida más frugal, menos ostentosa en comparación a los cantantes que –los más jóvenes- estamos acostumbrados a ver: artistas utilizando camisas Gucci, montados en Mercedes Benz y encorvados por el peso de las enormes cadenas de oro que cargan. Empatía, respeto y una vida tranquila son la clave para triunfar profesionalmente, tal y como lo hizo Miranda en sus años mozos.