EL SHOW DE LA NOTICIA
Las imágenes que verá a continuación pueden herir su susceptibilidad, se recomienda discreción. Son las palabras que usan los periodistas antes de presentar imágenes con alto contenido de violencia o muerte.
Desde hace algún tiempo, en nuestro país, los medios periodísticos vulneran ciertas directrices no escritas, pero que igualmente sirven para hacer llegar la carga informativa a los hogares de una manera socialmente ética y respetuosamente correcta. La política del «todo vale» pudiera resultar atractiva para muchas plataformas informativas a la hora de llegar a atraer la atención a todo aquel que desea conocer la actualidad de primera mano, pero puede llegar a convertirse en un mal trago para el consumidor que observa atónito cómo el morbo gratuito del que informa no alcanza a tocar techo, y cada vez es más común encontrar tintes de violencia extrema y contenidos altamente desagradables en los medios de prensa más accesibles para la población.
Los noticieros son una caja de resonancia de la realidad, siendo este un poderoso instrumento de socialización, tanto más poderoso que la familia, la escuela o el trabajo porque forman los sentimientos y las creencias, entrenan los sentidos y ayudan a formar la imaginación social. En la actualidad estamos inmersos en los medios desde los niños hasta los adultos, y lamentablemente no siempre es un hábito bueno, ya que muchas personas se ven influenciadas de manera negativa por ellos. La forma negativa en la que los medios influyen podría decirse, es la violencia que estos proyectan, causando graves prejuicios en los espectadores, especialmente en los niños y los adolescentes que les lleva a la realización de conductas violentas.
Cuando los humanos se sienten agredidos en su dignidad se refieren a que los tratan como animales, cuando ellos mismos lo hacen despectivamente, agrediéndolos, maltratándolos, convirtiéndolos en motivo de burla, degradándolos a condiciones de inferioridad como si se tratara de objetos.
No se puede hacer un show de la miseria o de la tragedia de las personas. No se puede hacer show de un momento de dolor por el que atraviesa un ser humano. No se puede hacer show cuando hay frustración, angustia y sufrimiento. Eso rebasa lo ético en el periodismo.
Los programas informativos realizan informes sobre castigos o situaciones de dolor hacia los animales, mutilaciones, imágenes que contengan crueldad o sufrimiento.
No hay ley que lo prohíba o de tener una mínima idea de lo que es ética periodística. En casos como este, se trata simple y llanamente de sensibilidad.
La costumbre al dolor ajeno, adiestrados por esta televisión carroñera a recibir ese tipo de información, que tampoco hay reacción de parte de los televidentes y entonces se cae en el círculo vicioso de siempre: ¿una sociedad insensibilizada por una televisión insensible o una televisión insensibilizada por una sociedad insensible?